El pasado jueves comenzó un nuevo taller del programa «Tradiciones de Ibiza en ses figueretes». En esta ocasión y de la mano del maestro artesano Manuel Carbonell Canela, aprenderemos la creación de un tambor tradicional de nuestras islas.
Este programa es una colaboración entre la AV ses figueretes y Artesanía ibicenca «El retorn».
Instrumento musical —membráfono de percusión— de forma cilíndrica, que hace de caja de resonancia, con dos membranas, normalmente de piel, que tapan las aberturas de la caja.
El cuerpo del tambor típico de las Pitiusas es un trozo de tronco de pino a bordo —excepcionalmente de higuera— cortado en Navidad o en pleno verano, de una altura de 20 a 23 cm y de la misma anchura. Se vacía hasta dejar una pared de unos 4 o 5 mm de grosor. Este cuerpo, llamado riscla, va pintado o grabado con figuras geométricas o con motivos vegetales. Las membranas suelen ser de piel de conejo, cabrito o cordero, y se dejan rellenar con agua caliente, lejía y ceniza de clova de almendra; una vez sacados los pelos y limpias, se cosen en los verguerons —círculos finos de sabina o acebuche—, que se ajustan a las bocas de la riesgo. Estas tapas se unen entre sí con un cordel en forma de zigzag. Unos estrechadores de madera o de piel tirarán de las membranas para darle la afinación adecuada. En la membrana inferior se coloca diametralmente un bordón —bruñidor— o hilo de pitra, que más o menos tensa, en contacto con la piel, producirá un trémolo al ser golpeada la membrana superior. Por último, se coloca una tira de piel de tapa a tapa, que hará de asa y permitirá al sonador colgar el tambor en el brazo izquierdo y sonar la flauta con esta mano, mientras que con la derecha tocará el tambor con la baqueta o sonador.
Es el instrumento que marca el ritmo de las danzas, de las gaitas, de las caramelles, etc., acompañado por la flauta. Suele acompañar siempre la canción redoblada y de porfedia y, a veces, depende del sonador, la canción glosada.
Existe toda una iconografía de este instrumento desde la edad media; ya aparece en las cantigas de Santa Maria, donde se muestra el tambor y la flauta de tres agujeros juntos, tanto en la corte, en la iglesia o entre el pueblo. Esta combinación aparece en toda la Península Ibérica, con pequeñas variaciones en función de la zona geográfica. El tambor y la flauta de las Pitiusas están más emparentados con los de Catalunya y del levante peninsular.
Fuente: EEIF